miércoles, 13 de febrero de 2013


HECHOS ENANOS DE IDEAS ENANAS

Los simpatiquísimos enanitos de jardín están entre los adornos más agradables, que pueden dar un toque de encanto a un jardín común.

Sus diminutas carretillas, palitas y pequeñísimos picos, son complementos de esos adornos, pero a nadie en su sano juicio se le ocurriría usarlos para realizar un arreglo de cierta magnitud, en la casa que decoran; ni mucho menos aún, sugerir que se empleen esas herramientas decorativas, para construir una autovía u otra obra de grandes dimensiones.

Si a algún soñador descolgado de la realidad, se le ocurriera “invertir” en instalar enanos de jardín con sus herramientas de juguete, en todo su pueblo, y a la vez oponerse a construir una autovía pavimentada, sería complicado estar en su lugar cuando tuviera que enfrentar la justa ira de un automovilista, que lleno de polvo o cubierto de barro, llegara varias horas más tarde, por no disponer de la moderna y muy necesaria autopista, postergada por las descolgadas ideas enanas del soñador, que más que eso parecería un orate.

El ejemplo que puede suponerse tan descolgado de la realidad, es aplicable al Sector Energético, en el cual algunos que otros opinantes muy superficiales…o muy fuera de la realidad, suelen insistir en los supuestos “brillantes ejemplos de las microturbinas hidroeléctricas”, y con notables sofismas llenos de huecos adornos verbales, siembran confusiones en la buena gente, la cual no tiene por que ser experta energética; e incluso pueden confundir a gobernantes, que si no son expertos energéticos al menos deberían tener algunos pocos –pero muy buenos expertos- como asesores inmediatos.

Parece muy lindo repetir como ideal de acción “lo pequeño es hermoso”, y en base a eso cantar anacrónicas loas a ideas teóricas que nunca resultaron soluciones concretas en la práctica, como fue apostar a “lo muy chiquito”, quedando encerrado en liliputienses escalas, que demostraron ser inútiles no solo para las grandes soluciones que la provincia y el país exigen, sino que ni siquiera eran capaces de cubrir sus elementales costos operativos, resultando todo al final un derroche de recursos, sin ninguna solución concreta.

Los prudentes y los sabios aprenden de los errores, rectifican acciones y conductas para alcanzar logros mayores. Los obcecados y los mediocres insisten en erróneos planteos, casi siempre echando en otros las culpas de las propias falencias.

Ese desmesurado énfasis en “lo pequeño” y la absurda demonización de “lo enorme” (lo de tamaño mega), se transformó en otro de los recurrentes dogmas discursivos de los fundamentalistas de la ecología, exaltando hasta el paroxismo las supuestas “bondades” de las “pequeñas soluciones”, suponiendo o queriendo convencer que una sumatoria de “enanos de jardín” terminarían reemplazando “una gran autovía”. De allí al desprecio de todos los proyectos y obras de grandes dimensiones, hubo un solo paso, con las armadas y mañosas descalificaciones, que pueden sonar convincentes a quienes han sido preadoctrinados, pero que se chocan de bruces contra la realidad.

Y cuando precisamente la realidad apura, con demandas de energía enormes y permanentemente crecientes, esos mismos “ecologistas de lo pequeño” y que dicen aborrecer las contaminaciones…hacen mutis por el foro, y miran para otro lado, cuando frente a sus narices les instalan contaminantes grandes usinas devoradoras de petróleo, o de gas natural.

Así pasó con los verborrágicos y escandalosos ultra ecologistas de Entre Ríos y de Santa Fe, grandes declamadores huecos “en contra de” las grandes hidroeléctricas, que ni pestañean cuando frente a ellos se deben instalar enormes ciclos combinados o turbinas de gas –mucho más caras por KWh y muchísimo más contaminantes-; urgidas esas instalaciones por las presiones de la demanda. Entonces fingen no darse cuenta, que si con toda coherencia, hubiesen apoyado obras importantísimas, como Paraná Medio, no solo se habrían evitado varias usinas térmicas devoradoras de combustible (que consumen miles de millones de m3 de gas por año), sino que también se habría facilitado la navegación de ultramar hasta Barranqueras (Chaco), evitándose o limitándose mucho los costosos y constantes dragados; además de posibilitar acueductos a zonas áridas, y utilizar las ricas y hoy improductivas tierras de los Bajos Submeridionales, del norte santafesino.

Y acá, en la pequeña Misiones, mientras los agitadores del “ecologismo anti represas” dictan “conferencias” (sin ser expertos en nada) o montan otros escenarios de terrorismo mediático, ni pestañearon cuando delante de ellos les instalaron contaminantes y ruidosos equipos diesel de generación; en decisiones apremiadas por las exigencias del consumo, ante las demoras en las obras hidroeléctricas, que esos mismos propagandistas del atraso crónico, provocaron con sus incoherentes acciones del “no a todo”…lo que signifique progreso y desarrollo.

Tan perversamente corrosiva ha sido la prédica de los cultores del ecologismo cavernario, que hasta en la propia Facultad de Ingeniería han ignorado adrede y olímpicamente, todos los proyectos hidroeléctricos estudiados y las obras ejecutadas en esta provincia y en su entorno, al punto tal de no estudiarlas, ni de tomarse las debidas precauciones para sumar a los archivos los planos y antecedentes técnicos de esas valiosas iniciativas de elevado valor técnico.

Centrados excluyentemente en las microturbinas, en su momento en la propia Facultad de Ingeniería de Misiones, carecían de los más elementales datos de los proyectos nacionales, de los extranjeros cercanos, y tal vez ni se conocía la existencia de siete valiosos estudios de obras hidroeléctricas en cursos de agua interiores de Misiones, con sus muestras de suelos y otros antecedentes, que por entonces –épocas del Estado ausente- la desaprensión de EMSA y la culposa improvisación de La Provincia, ocasionaron que se pierdan…y nadie parecería demostrar ningún interés en recuperarlos.

Claro está que en épocas del neoliberalismo salvaje, todo lo hidroeléctrico era “políticamente incorrecto”, mientras que el ultra ecologismo disfrutaba de los apoyos institucionales y financieros, que “Marijú” Alsogaray, sus colaboradores y continuadores, les prodigaban con desmesura. ¡Aliados de hecho a favor de las termoeléctricas, grandes devoradoras de petróleo o gas natural!

Y son de recordar como quienes hoy pretenden erigirse en jueces de la política energética (autotitulados muy pomposamente “los ocho ex Secretarios de Energía de la democracia”), mientras estuvieron en el poder se dedicaron a frenar el Plan Nuclear, impedir las obras hidroeléctricas, y crear las condiciones…para provocar la gigantesca crisis energética, de la cual estamos saliendo en forma trabajosa pero razonablemente exitosa. Esos mismos “expertos energéticos” contentaban a Misiones con irrelevantes micro turbinas, mientras impedían o dilataban las grandes obras que necesitamos.

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

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