jueves, 27 de junio de 2013


SUMAS QUE RESTAN

En temas complejos, o de múltiples aristas, siempre conviene tener presentes las opiniones de los grandes del Pensamiento Nacional, quienes son los faros que orientan los caminos de las definiciones criteriosas y bien fundamentadas.

Jauretche fue un ejemplo de total decencia intelectual y personal, que no conoció de dobleces ni posturas acomodaticias. Y en esa línea de conducta, en la segunda presidencia de Perón llegó a tener serias discrepancias, que lo hicieron dar un paso al costado, pero sin caer en las miserabilidades de quienes por desavenencias circunstanciales o por escaso criterio, pasaron a jugar de opositores, como por ejemplo Julio Irazusta, que de gran referente del revisionismo histórico y puntal del Pensamiento Nacional, incomprensiblemente defeccionó en su madurez, pasando a apoyar a los pro británicos de la revolución fusiladora de 1955.

Las desavenencias de Jauretche con Perón no le impidieron la grandeza de emprender una valiente, encomiable e inclaudicable defensa doctrinaria del Pensamiento Nacional, ante las mentiras y distorsiones del liberalismo antinacional de los golpistas y sus instigadores civiles; y esas desavenencias en buena parte tenían que ver con el absurdo culto a la personalidad y otros excesos similares, emprendidos por la cohorte de “alcahuetes y arribistas mediocres” (tales los conceptos de Don Arturo), que rodeaban a Perón desde la muerte de Eva.

Excesos como llamar “Presidente Perón” o “Eva Perón” a calles, avenidas, e incluso a dos de las nuevas provincias, fueron claros casos de sumas que restan, entre otras varias del mismo tipo, que solo terminaron sirviendo para ocultar los múltiples logros positivos de aquellos diez años de gobierno; excesos que terminaron sirviendo de excusas a quienes perpetraron el golpe y sus retrógradas medidas, que no por buenas para Argentina terminaron siendo festejadas por Winston Churchill y sus pares de Los Lores.

¡Claro está que a los anglófilos que desde acá se escandalizaban del culto a la personalidad que sin duda erróneamente practicó ese entorno mediocre de la Segunda Presidencia Peronista, nunca les pareció digno de medir con la misma severa vara, a las múltiples y muy chocantes muestras de genuflexo culto a la personalidad de la realeza británica, que el anacrónico sistema monárquico – imperial impone a sus súbditos, con el rostro de la reina (-sí, la actual-) en los billetes de libras esterlinas, en los aeropuertos, museos y en cuanto lugar público pueda imaginarse!

Pero allá ellos los europeos monárquicos con sus rituales medioevales y sus sociedades estratificadamente clasistas, más allá de las bondades del Estado Benefactor que con tanta dedicación parecen hoy empeñados en destruir.

El caso es que por estos pagos, más allá de la buena voluntad que seguramente inspiró a quienes por la igualdad de oportunidades al interior que permitió el Fútbol Para Todos, al pretender imponer el nombre de La Presidente a un estadio de fútbol; menos mal que la rápida reacción de Cristina impidió que se avanzara en una iniciativa que básicamente generaba innecesarias rispideces; y que hubiese servido de otra excusa prefabricada para quienes quieren volver a imponernos el neoliberalismo salvaje del noventismo; ese del Estado ausente, de la economía en caída libre, del tejido social quebrado  y en disolución, de las emigraciones forzosas, del país en desocupación crónica y creciente…aunque “cierta” clase media se empeñe en no darse cuenta, e inconscientemente apoye a quienes quieren reeditar aquel infierno que nos llevó de bruces a la crisis terminal de 2001.

Sería bueno entender que más allá de las casi innumerables concreciones positivas, que nos permiten hoy estar en un país muy diferente y mejor que aquel de la desesperanza crónica noventista, existen otras varias “sumas que restan”, de las cuales me permito señalar algunas, que por cierto es necesario corregir sin vacilaciones.

·       La prédica del anarquista O. Bayer, con sus indisimulados odios a las Fuerzas Armadas (instituciones imprescindibles para cualquier país organizado), y con su negativa promoción del racismo invertido, que es el indigenismo a ultranza que practica…con tanto apoyo de Gran Bretaña y otras potencias colonialistas.

·       Las rebuscadas interpretaciones marxistas de nuestra realidad y nuestra historia, de un sin duda inteligente pero dogmático J.P.Feinmann, con prédicas corrosivas que incluso se oponen a la Política Económica Heterodoxa, con aspectos desarrollistas y en nada marxista, que de hecho se está ejecutando.

·       Vinculado con los anteriores, los feroces y hasta malintencionados ataques a la memoria de Julio Argentino Roca; sin duda uno de los grandes presidentes de Argentina –más allá de los condicionamientos de la época y de errores de los que nadie está exento-, y sobre todo el mérito de haber sido el responsable principal del ocaso definitivo del muy nefasto y ultra unitario mitrismo, con el cual erróneamente se coaligaron algunas figuras de trascendencia, como Leandro Alem, además de personajes y figurones de la oligarquía vacuna.

·       Algunos “progresistas” muy mal informados, que creen positivo apoyar al ultra ecologismo (que nos quiere anclar al subdesarrollo crónico) y al ultra indigenismo (que busca ser funcional al proyecto de completa balcanización, que claramente buscan las potencias coloniales).

·       Los que sin saber nada del tema, llevados por lo “políticamente correcto” atacan irracionalmente a la minería, los cultivos de soja, el desarrollo nuclear, la hidroelectricidad, las industrias y cuanta actividad está traccionando positivamente a la economía argentina…chocando con las acciones económicas proclives al imprescindible desarrollo socio económico, que es un objetivo claro de la heterodoxia económica, que es la que impulsó el indudable formidable desarrollo concretado en los precedentes diez años.

·       Otros “progres”, que practican el “deporte” de denostar injuriosamente al catolicismo, sin advertir no solo las ofensas a la Fe mayoritaria de la población argentina y latinoamericana, sino también la formidable ligazón cultural que ese hecho construyó en nuestros pueblos, y los profundos sentimientos de amor, igualdad y solidaridad implícitos; por cierto muy distintos al egoísmo e incluso racismo explícito de varias vertientes del calvinismo fuertemente materialista anglosajón.

·       El listado no se agota.

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

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