jueves, 25 de julio de 2013


SOCIALISMO - ESA PALABRITA MÁGICA

Algún avezado analista, posiblemente el lingüista Noam Chomsky, mencionó el poderoso efecto de las “palabras talismanes”, que son aquellas investidas –no siempre justificadamente- de un halo de credibilidad  y contundencia, de forma tal que su sola mención torna casi inapelable las frases o conceptos en la que se las inserta.

Eso sucede precisamente con la palabra “socialista”, y asociado a eso el concepto que representa. Supuestamente, “socialista” es un concepto superior, prima facie “creíble”, una verdadera palabra “mágica” para los comunicadores sociales, y ni hablar en círculos “progres” o similares.

Por ello, cuando se menciona a algún gobierno “socialista” o a algún político ídem, implícitamente para muchos comentaristas o comunicadores sociales, se los está invistiendo de un aura de “progresismo”, de credibilidad, y/o varias adjetivaciones positivas implícitas.

Recuerdo por caso una conversación con un “revolucionario de café”, que al mencionar una calle de Rosario, a la sazón llamada Estévez Boero, me expresó con un tono de respetuoso reconocimiento “fue un socialista”, casi como si fuera un ser superior. Méritos concretos del homenajeado con esa calle, desconozco, pero si recuerdo su verborrágico e ignorante accionar, cuando al ocurrir una de las recurrentes inundaciones anteriores, ni bien arribado a Misiones, vociferó por radio y diarios “hay que terminarla con eso de las represas”…demostrando una supina ignorancia, o un espíritu acomodaticio para congraciarse con las opiniones por entonces “políticamente correctas”, …o por ambas cosas. Como dato de color, aquel “revolucionario de café” manifestaba gran entusiasmo para hacer pintadas… mientras no se hiciera en su propia casa paterna.

El caso es analizar las enormes –y falsas- expectativas que determinados opinantes y comunicadores sociales demuestran habitualmente, cuando se refieren a gobernantes de otros países, pertenecientes a partidos o coaliciones socialistas. De la misma forma, suelen trazar una fuerte línea divisoria entre esos candidatos, y los otros, completando esos discutibles análisis con clasificaciones muy anacrónicas entre “izquierdas” y “derechas”, las que en realidad operan como nocivos aportes a la confusión, como si unos fueran las grandes esperanzas casi inmaculadas (los definidos como “las izquierdas”), y otros los demonios personificados (las ”derechas”).

Claro está que esos mismos comentaristas, suelen hacerse los distraídos, cuando se trata de analizar las trapisondas e incluso los ataques de lesa humanidad, cometidos por países gobernados por “socialistas”, o en caso de gestiones oficiosas realizadas por dirigentes o ex dirigentes de similares rótulos, casi siempre provenientes de Europa.

Analicemos sintéticamente algunos casos de esos “socialistas de pico”-a veces rodeados del aura de filósofos (de discursos opuestos a sus acciones), que con sus accionares demostraron que simplemente han continuado o comenzado las políticas muchas veces agresivas, extorsivas e injustas, frecuentemente teñidas de sangre, realizadas por sus propios Estados.

·       Al muy socialista Francois Hollande no le importó ordenar acciones neocolonialistas de Francia en África, invadiendo de hecho e inmiscuyéndose alevosamente en Mali.

·       El mismo socialista Hollande, claramente en acuerdo o subordinación con EEUU y la OTAN, hizo que su país sea parte de aquellos cuatro que impidieron el vuelo del avión presidencial de Bolivia, en una alevosa acción de menoscabo al país hermano, a la UNASUR, y de desprecio a normas internacionales muy claras al respecto. Otros “socialistas” europeos no parecieron condenar tan abusiva y despreciable acción neocolonialista de agresión a la investidura presidencial y la soberanía de nuestro vecino y hermano de placenta histórica (por algo en la Historia Academicista –cómplice de los intereses antinacionales- se omite que el Alto Perú fue parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata, y que sus provincias fueron ratificantes del acta de la Independencia de 1816; pero ese ya es otro tema…que los “socialistas” vernáculos usualmente “olvidan”).

·       Los socialistas europeos de diversos países, fueron cómplices y copartícipes del saqueo de las riquezas y de las compras a precios viles, de las Empresas del Estado de nuestros países de Íbero América, consumados en forma alevosa en las décadas del ’80 y del ’90. Incluso “El Felipillo” González –muy socialista él- vino a hacer lobby en Argentina a favor de las corporaciones españolas, cuando soplaron fuertes vientos de reestatizaciones, después de la crisis terminal de 2001-2002. Similares presiones realizaron –codo a codo con otros políticos “no socialistas”- diversos componentes del establishment europeo neoimperial.

·       En España el socialismo pasó a ser simple parte de la partidocracia imperante, sin aportar ninguna idea ni iniciativa para salir del corset neoliberal que está causando tanto daño.

·       A los socialistas europeos no les hizo asco “mirar para otro lado” en las brutales acciones de invasiones e intervenciones militares en Iraq, en Libia, ahora en Siria, perpetradas por la OTAN y sus principales potencias militares.

·       No puede omitirse que algunos “filósofos” británicos, grandes declamadores de las libertades (en abstracto) y por ende proclamadores del ultra liberalismo económico, amén de declamadores de “lo social” fueron empresarios que se enriquecieron con el infame tráfico de esclavos…¿hay contradicciones mayores?

·       De hecho, no se conoce (o lo hicieron muy “suavemente”) que hayan existido grandes protestas de otros socialistas europeos (por caso los nórdicos), referentes a esas agresiones de lesa humanidad perpetradas por la OTAN y/o sus miembros más relevantes.

·       Por nuestros pagos, hay mucha tela para cortar. Historiadores como Jorge Abelardo Ramos, José María Rosa y Arturo Jauretche, entre otros, señalaron con abundancia de elementos de análisis las sumatorias de contradicciones y de posturas reaccionarias, que en muchos casos marcaron el accionar socialista en Argentina. El socialismo original, con las figuras de Juan B. Justo y Nicolás Repetto, adhirió a los esquemas del liberalismo económico, con lo cual jugó de hecho como complemento dócil de los esquemas antiindustrialistas y antinacionales de la oligarquía ultra conservadora, que frenó el desarrollo argentino y ubicó a nuestro país en el rol de colonia económica de Gran Bretaña. Ramos incluso fue más allá en sus investigaciones históricas, afirmando que el socialismo original tuvo fuertes tintes racistas, pues se ocupó de los inmigrantes y sus hijos, olvidándose de los criollos, pueblos originarios y otros sectores muy marginados y sobre todo alejados de la Pampa Húmeda. Durante el Yrigoyenismo, el socialismo se ubicó sistemáticamente en la vereda opositora, siempre predicando lo social pero actuando contra lo nacional y popular. En la década infame (la del ’30 del siglo XX), el socialismo formó parte de la claque de la partidocracia implementadora del fraude sistemático como método de gobierno, y cuesta encontrarlo entre los opositores al Pacto Roca – Runciman y otras acciones de entrega de la soberanía, consumadas ignominiosamente en esos años. Después, en 1944/45 se alineó detrás del embajador norteamericano Spruille Braden, quien impúdica y descaradamente alentó la conformación de la Unión Democrática, como intento de impedir el triunfo del peronismo. En aquella década del primer peronismo (1946/1955), el socialismo se sumó a los más duros opositores (ultra conservadores, Sociedad Rural Argentina, comunistas, etc.), sin importarle lo concreto que era la vigencia de las leyes sociales, propuestas muchas de ellas antes por los socialistas, pero puestas en vigencia por el peronismo...declamando lo social y operando en contra. Con el golpe de Estado de 1955 no solo lo avalaron e impulsaron, sino que con toda saña fueron instigadores ideológicos de las persecuciones y de los alevosos fusilamientos de 1956, avalando además las derogaciones de las legislaciones sociales…las mismas que dijeron antes querer aplicar, y por cierto no se opusieron a la destrucción económica que causaron las medidas ultra liberales de esos años. Analizando los terribles años del “proceso”, cuesta encontrar desde el socialismo alguna postura de oposición concreta, así sea muy mesurada, salvo error u omisión.

En síntesis, eso de las “izquierdas” y “derechas” es básicamente hojarasca que tiende a las confusiones. Como dijo Jauretche, lo que importa es analizar quienes están a favor de Los Intereses Nacionales; y quienes juegan en contra, más allá de declamaciones y de rótulos supuestamente predeterminantes, que terminan siendo conceptos vacíos de contenido…como los “progresismos” socialistas y similares.

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

Investigador de temas económicos y geopolíticos

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