jueves, 26 de diciembre de 2013


ALIANZAS IMPLÍCITAS DE ECOFUNDAMENTALISTAS CON NEOLIBERALES Y PROGRES

 

Los eco fundamentalistas juegan con el terrorismo mediático y con las frases prearmadas, que a base de repeticiones constantes y sistemáticas, pasan a ser asumidas como verdades absolutas, aunque la mayoría de ellas no resista el menor análisis, efectuado dicho análisis en base a mínimos aspectos técnicos, o de encuadres geopolíticos elementales, o a la aplicación de dosis mínimas de sentido común (que suele ser el menos común de los sentidos).

Los propios basamentos de los planteos recurrentes de las ONGs transnacionales son harto discutibles, cuando no falaces construcciones pretendidamente monumentales, con pies de barro, que se desarman ante el menor análisis serio. Esas ONGs transnacionales son las que habitualmente “dictan letra” a las ONGs menores (muchas de ellas son “sellos de goma” con un par de activistas o poco más), pero todas ellas, con sus prédicas corrosivamente engañosas, hacen mucho daño al tejido social, al inculcar negativos dogmas que de hecho solo buscan mantenernos “felizmente” subdesarrollados crónicos.

Al respecto, resulta muy interesante analizar los apoyos, desde fervorosamente irracionales, a interesadamente almibarados, que el ecologismo fundamentalista recibe desde sectores aparentemente opuestos y supuestamente diametralmente diferentes, como “las derechas” y ciertas “izquierdas”.

Muchos aún desconocen, y otros tantos se esfuerzan en ocultar, que el ecologismo como movimiento político pseudo religioso fundamentalista, fue una creación explícita del Club de Roma, entidad que a su vez fue uno de los tantos engendros pergeñados por los intereses corporativos transnacionales, que buscan implementar el aplastante proceso de subordinación mundial, que fuera llamado por varios analistas como La Globalización Salvaje (o denominaciones similares). Ese proceso fue descripto en variados y muy lúcidos enfoques por muchos analistas argentinos e Íbero Americanos –como Walter Graziano, Alberto Methol Ferré, Miguel Ángel Barrios, entre muchos otros-, y autores e intelectuales del Mundo Desarrollado –como Noam Chomsky, Naomí Klein, Viviane Forrester, etc.-

Es decir, que para cierta terminología política reduccionista crecientemente en boga, el ecologismo fundamentalista fue una creación de “las derechas” (sectores ultra conservadores) transnacionales.

Pero con una habilidad notable para cooptar voluntades dóciles y engañar incautos y desinformados, el movimiento ultra ecologismo transnacional, y las principales ONGs globales (que no por casualidad son manejadas desde las potencias anglosajonas y/o el G 7 –Grupo de las Siete Potencias Post Industriales-); adoptaron las pautas de acciones y metodologías propias de sectores fundamentalistas anti sistémicos (o “anti capitalistas”), como marxistas diversos, trotskistas furibundos, anarquistas cargados de violencia apenas disimulada, y otros disconformes crónicos diversos. Es decir, esas “criaturas” perversas de colonización cultural y herramientas del terrorismo mediático de “las derechas” globalizantes, que son las ONGs ultra ecologistas; lograron cooptar hábil y fácilmente las voluntades de fervorosos y fanatizados militantes de “las izquierdas” fanatizadas y usualmente muy proclives a la violencia en el grado más irracional; tan cargados de dogmas como faltos de raciocinio propio y de la mínima cuota de sentido común, lo cual es característica psicológica de los fundamentalismos de diversos tipos y categorías.

Muchas personas desconocen las viejas alianzas implícitas –pero fuertemente vigentes- entre sectores políticos conservadores de Argentina (que son ultra liberales en lo económico), con los poderosos intereses vinculados con la generación termoeléctrica (la que consume petróleo, gas, y marginalmente carbón en nuestro país). Cada vez que esos sectores políticos llegaron al poder, frenaron las usinas nucleares e hidroeléctricas, con distintas excusas, pero en verdad es por ser competencias muy “incómodas” para las centrales convencionales que queman hidrocarburos, pues generan mucho más barato y eficientemente.

Como a la vez, es conocido el hecho que las grandes petroleras anglosajonas están entre las principales aportantes (esponsoreadores) de las transnacionales ultra ecologistas (como Greenpeace, WWF-Vida Silvestre, y otras), entonces no sorprende que esas ONGs tengan como agenda permanente atacar feroz y aviesamente –con todo tipo de mentiras y verdades a medias, practicando terrorismo ecolátrico-, a las usinas nucleares e hidroeléctricas. Y por supuesto, las ONGs transnacionales  “bajen líneas” a otras ONGs subsidiarias y/o “perejiles” menores, que entusiastamente se suman a esas denostaciones, que de inocentes nada tienen, pero que muchos incautos “compran” con notable candor o con vergonzosa estupidez.

Teniendo los sectores políticos ultra conservadores (las “derechas”) y las ONGs ecologistas cavernarias, “intereses amigos” en común (las petroleras anglosajonas y los múltiples intereses vinculados a la generación termoeléctrica), no puede sorprender que los gobiernos y políticos ultra conservadores cultiven muy amigables e incluso mutuamente genuflexas relaciones entre si.

Pruebas al canto entre muchas otras: los generosos subsidios que durante el menemato fueron dados con notable facilismo a cuanta ONG existía, sobre todo en la deplorable gestión de Marijú Alsogaray; y también los acuerdos entre el gobierno portuario macrista con el activista Juan Carlos Villalonga (Greenpeace – Los Verdes), beneficiado con un alto cargo, luego de “mirar para otro lado” el arboricidio masivo y desparquización perpetrados en la Avenida 9 de Julio de la Capital Argentina, así como las casi inexistentes críticas de esos “ecologistas” ante la inacción del ultra conservador macrismo para sanear el Riachuelo.

Para completar las tenazas antinacionales que sustentan al ultra ecologismo que opera como factor de atraso y de disgregación, diversos activistas y opinantes del “progresismo”, compiten a cual más alineado con las posturas de las ONGs transnacionales ecologistas; evidenciando no tener la más mínima idea de los temas –como el energético- en los que opinan con tanto soltura como irresponsable liviandad. Incluso algunos de esos “progres” fuera de foco, ni se percatan que esas ONGs están en permanentes e insidiosas contradicciones con las Políticas Energéticas de la República Argentina, que muchos de esos “progres” dicen defender enfáticamente.

La cerrazón mental de muchos de esos “progres” llega al extremo de considerar “de izquierdas” a las “energías renovables” (léase eólicas, solares y otras similares), con afirmaciones tan tajantes como faltas de todo sustento técnico. Ni imaginan como están siendo usados por las petroleras y fabricantes de usinas térmicas, y para los negociados de los que pretenden infinitas prebendas para las costosas energías eólica y solar; ni tampoco saben acerca de las acentuadas limitaciones y problemas técnicos que ocasionan esas tecnologías cuando se pretende forzar sus instalaciones más allá de sus roles meramente complementarios.

Por supuesto que el arcaísmo político conceptual que engloba a conceptos dieciochescos de “izquierdas” y “derechas”, es astutamente utilizado por los que plantan “banderas falsas” (false flags), para impedir razonar que lo esencial es evaluar quienes están a favor de los Intereses Nacionales, y quienes juegan en contra.

Y de estos últimos, los más peligrosos, por mimetizarse, son los que se ocultan detrás de planteos engañosamente “sociales”, “humanistas”, “ecologistas”, “indigenistas”, y otros similares, desde los que realizan perniciosas tareas de zapa a favor de intereses que buscan minar la Unidad Nacional y los necesarios Bloques Regionales, sin los cuales los íbero americanos volveremos a caer en el triste rol de marionetas de potencias colonialistas y de poderosos intereses corporativos globalizantes transnacionales.

 

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

INVESTIGADOR DE TEMAS ECONÓMICOS Y GEOPOLÍTICOS

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